Hasta antes de 1920 el sombrero que lucía la chola paceña se hallaba elaborado (tejido) con la fibra de las hojas de la hierva del esparto, posteriormente cubierto con el pigmento del albayalde (un preparado de carbonato de plomo), sobre los cuales finalmente se realizaba un lustrado con otro preparado de azufre. A partir de 1920 comienza a ponerse de moda el sombrero bombín de fieltro importado por fábricas americanas, italianas, alemanas, principalmente. Un sombrero de la chola paceña que en sus inicios tenia, en cuanto a medidas, una altura aproximada de 15 centímetros, con unas alas, o faldas, planas de 5 a 6 centímetros, y un color que predomino en esos tiempos: el blanco.
El sombrero caracteriza la vestimenta de la chola paceña, en tiempos anteriores poseía su propio estatus como parte del atuendo total, donde la marca y calidad eran muy importantes; en los últimos años el sombrero ha sido prenda codiciada para los ladrones por su costo y fineza motivo que obligó a que gran parte de las senoras de pollera dejen de usarlo cotidianamente.
Según, Exalto Chino uno de los confeccionistas de sombreros más conocido en el medio y cuyo taller está ubicado en la calle de Max Paredes de la ciudad de La Paz, afirmó que “el trabajo de elaboración de los sombreros requiere de dedicación y empeño, ya que se debe hilar el pelo y la lana, se acomoda a la horma o molde, se rasea (poner la tela raso) y luego viene la costura para terminar con el acabado final. Además que el tiempo requerido para la confección es de dos días por cada sombrero.
OTROS DETALLES
Asimismo, el promedio de fabricación de cada taller es 100 sombreros para la festividad y se efectúa el trabajo a pedido de las diferentes fraternidades. El precio de un “Borsalino” varía, entre Bs 78 que son los nacionales, Bs 280 y Bs 320 de industria brasileña y Bs 480 la portuguesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario